
BLUE FAIRIE
No pierde tan fácil la manía de visitar sus páginas
la costumbre de pender en la escalera colgante
hasta un pozo negro donde le salpica toda el agua del mundo.
Puesto en una cornisa, mira al abismo y el abismo le regresa la mirada
Y así podría continuar bajando cada noche de tedio y visitarle,
decidiendo cuando brincar al agua.
Desamarraba el pan, abandonándolo en su boca
mientras se le borraba la sonrisa del rostro
que clavado en la impenetrable luna de piedra
evitaba mirar al lado, para no espantarse ni espantar
de al lado al amor,
para eso el silencio en viaje tan largo,
silencio eternizado en compañía
lo único para ellos partido en dos.
Negó lo posible de una voz venida del vientre
dejado en la punta de un andamio,
repleto de miedo / parecido al amor
descolgó solo para chapotear en el agua sucia
como un fantasma despierto, delgado y batido cual pañuelo al viento.
Repite en sueños un país donde los leones lloran,
sortea la ceniza gris del miedo,
evapora la colección de parques sin abandonar los árboles,
adicto al silencio irreconocible en su mascara plagada de metal
buscara el infinito de vivir de nuevo los juegos extranjeros
al menos ese de estrellarse contra un árbol que recibe como cama
y que se acomoda al cuerpo.
Y aquí podría continuar hasta el día,
Escribiendo cualquier cosa con tal de no perder esa sombra de escalera
Ese disfraz de andamio, de camino cobarde que devuelve.