sábado, 1 de septiembre de 2007
me gusta cuando las hormigas se desperdician sobre el semen de alguien que hace mucho no se masturbaba
Mirar tan concentrado es lo que estorba, voy a protegerte, con dagas en las manos, en las manos mías que disfrutan cada milímetro de ti aproximándose cautelosas, dejando cuando te ven indefensa a un lado cualquier otra cosa, que cobardes ¿no? Sin decir ni sol, ni luz, ni araña, ni lámpara, ni oscuridad, ni corazón, ni dragón, ni nada, ni mierda, ni mierda y vamos a darle por el culo al mundo, que se reviente si quiere, pero voy a darle una patada que le resienta; es que usted, oiga usted ignorante, pero no ignorante porque no sepa nada, sino porque me ignora, eso debería ser un ignorador, pero esa palabra no existe, anda perdida en la casa, en sus cuartos la primera vez infinitos de tan oscuros, pero porque tu no desilusionas así con una vida completamente destrozada que aparentemente se derrumba feliz, pero yo no quiero que te mueras, no quiero que tu vida no tenga ningún sentido si no estas enamorada, es demasiado egoísta, pero quisiera solamente recostarme en algún colchón contigo y consentirte toda la noche, como lo hice furtivo una noche en el viaje o de camino regresando en el bus aprovechando que dormías, no me vallas a reprochar nada si llegas a leer esto en algún momento, sí, sí importa, pero que voy a poder decirte, señalar un sí o apuntar un falso no para que se desmenuce en el aire, no me apuntes con el dedo y con los ojos tan abiertos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario