sábado, 22 de diciembre de 2007

esto no es un cuento, pero lo parece

Premeditadamente dispusieron una especie de hematoma en la camilla, ante unos ojos tan juveniles como ya seniles. No existe impacto, a las enfermeras, a traves de un pasillo en principio iluminado por luces blancas, luego desbocado en una sala de emergencias como de atardecer en islas, las vi arrastrar al enfermo desde la velocidad de la puerta corrediza y venian despacio como el aletear de una mariposa sola que podia contemplarlas pasivo y no pasivo, frecuente. Sutilmente, de una u otra forma, me habia preparado como medico, medico de libros, de operaciones matematicamente laberintos en espiral y perpendiculares, de pasajes sordidos de arboles secos por donde corren a veces rios de lava y de tequila, en los cuales, sin la menor duda crecen los mejores frutos, (acidos) disimulados en mascaras unicas y alucinantes de las que me prendo sin remedio, huecos por acompañar y tazas de agua en donde lavarme los brazos completos, jamas el cuerpo entero. Sutilmente no le resta las agujas que se sienten solamente dentro. Por el rabillo lo adverti a tiempo, debo esperar, sè del enfermo que las ruedas no vacilan, por mas que redondas, las mantiene un eje aledaño: periferia. Y aun este momento antes de recibirlo, me pongo una bata blanca y pretendo abrazarlo con luto. Pretendo ¡, intento¡: representacion, teatro, pero no mera representacion, ni mero acontacimiento al que asiste un grupo de personas de tipo variado a ver un par de escenas con alguna intencion fija, asi nadie la entienda, esto es real, y todos deben preguntarselo. ¿Entonces a quien espero, si las enfermeras son fantasmas y el enfermo en camino aliacion de lo desconocido que, se supone, en mi anida? ¡Basta! Y los instrumentos, aunque deberia decir el instrumento, se enrollan y chillan miseros por mi hospital sin visitantes. Asumi que el paciente debia morir o sobrevir solo. Solo me tengo a mi mismo, me dije el dia de las voces y poniendo los brazos en jarra, con los puños cerrados y las piernas en triangulo, me heche a llorar y no cese de repetir gracias pero solo a mi me tengo, no sigo pegado a mi madre por un cordon, y tampo vine al mundo con un hermano siames. Solo a mi me tengo. Solo a mi tengo derecho de tenerme. El que quira entrar bien pueda entre, pero hey tu, la del secreto: sus corazones seran mios. Al que quiera recibir, asi no lo quiera, igual entra: tu corazon sera mio. Reposo en la cornisa antes de los segundo fatales y es un hematoma un feto extraño, un mounstro reposado en el mas hondo de los crateres, un paciente del que las enfermeras de ojos absolutamente negros, mudas y fantasmas veloces que no por su silencio han huido antes de que yo les pregunte, dejando la estela de su aliento-corriente asible pero tangible casi tanto como la niebla, ¿quien es este paciente que no eligi operar nunca? La respuesto no tarda en llegar, el paciente viene revestido como por una piel de culebra, lechosa como semen, pero que es espejo del unico paciente que no elegi nunca, del que a penas tengo el corazon, el corazon como cama, pero del que mas tengo que cuidar. Solo a mi tengo, solo a mi tengo derecho de tenerme. Por eso a penas sali del vientre materno me cortaron el cordon,asi viniera con este amarrado al cuello, por eso no naci junto a hermano siames. Solo a mi tengo derecho de tenerme.