domingo, 8 de junio de 2008

Las Cosas

La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes.
(oleo de mujer con sombrero)

Deseo abandonarme al silencio, que es un cántaro quebrado;
Al ruido mudo del trueno entre las nubes, viajando sobre un hipódromo en temporada, reconocerlo;
Dentro de una escafandra, olvidar la sal de mar, a los buzos y demás marinos, que entorpecen mis corrientes;
A las imperecederas aves, ultrajando los nudos con sus picos, poder violentarlas, devolverlas al polvo;
En una autopista terminada, montar mi bicicleta, a la que amarré una cuerda repleta de sonajeros;
Armar un rompecabezas de moscas bailarinas, ojos rojos, corazón inquieto;
Es que nos movemos como el mar, bajo el efecto de una música que no nos pertenece;
¿Que hago yo entre tus muecas, aun entre tus hombros?;
Solo hoy extraño los festivos pasados, quiero renacer en un domingo tranquilo, de polvo aminalado, sosegado por esa humedad propia del día último donde cada pieza reposa inmune, aislada del trajín de la semana, permitiéndose ser dueñas una vez mas de su existencia, tan reposadas que existen y que el que ha pasado por su lado muchas veces durante los demás días, la reconoce, la advierte distinta, encontrándole rasgos que nadie había visto antes y que ahora el o ella van a venir a señalar, mostrándole sus descubrimientos a otras personas, que no verán nada mas que una simple porcelana o un jarrón curvado, una pared de mármol verde y no la historia de sus monstruos de bocas abiertas que profieren alaridos en amenaza a las sirenas, que han secuestrado sus hijos para educarlos como hombres y entregarlos al mundo, sin saber que la verdad no cambia y en algún momento, incapaces de soportar la verdad de sus nombres, el secreto de su germen, volverán a sus padres, y estos se sentirán felices de tenerlos en casa y podrán morir tranquilos, como la huella estriada en el mármol verde que decora la pared del elevador;
Suelta el carcaj, desparrama las flechas, no juegues a ser grande. Amarra mi cuerpo con tus brazos, soy un perro que le ladra a la luna, porque no aparece su gaviota;
Te amo;
Te amo;
Te espero.



viernes, 6 de junio de 2008

RETRATO

Una boca es un suspiro.
Un suspiro es una gota.
Una gota es una lágrima.
La lágrima es al ojo,
Como la lluvia a la tierra seca.

Un poema se abandona
Con estrechos blancos.
Un libro en la cornisa
Imagina una vida distinta.
Ambos incompletos,
El fuego es al tronco seco,
Como tus manos a mi cuerpo.